San Miguel de los Reyes: Memorias

 Sobre la fundación de San Miguel de los Reyes 

Transcripción de un  texto manuscrito anónimo:

    "¡El penal famoso! Terror del hampa nacional en otros tiempos, cobija hoy día prisioneros de guerra y prisioneros políticos. Quiere decirse que así como antes no había dentro de él ni una persona decente, no contiene ahora sola persona que no lo sea.

    Está situado en las afueras de Valencia, a unos cinco qilómetros de su centro, a la derecha de la carretera que conduce a Barcelona. Su recinto exterior, amurallado, cierra una superficie rectangular de 160 metros de largo por 11 de fondo. La fachada del mismo la constituye una larga edificación, de un solo piso y planta baja, en la que se encuentran las viviendas de los carceleros, oficinas, almacenes y cuerpo de guardia. En el centro de esta edificación una portalada enorme: la primera que se cruza para entrar al penal; la que tantas ganas tenemos, cuantos aquí estamos, de volver a cruzar, ... Los otros tres  lados del recinto exterior , los dos de costados y el del fondo, están cerrados con una enorme muralla de fábrica de casi un metro de espesor y otros diez de elevación; en lo alto de ella, en su centro y esquinas, las garitas de los centinelas que con sus ¡alertas! casi continuos durante la noche, ahuyentaban de nosotros el sueño al principio de nuestro calvario; en cambio, ahora, son el monótono canto arrullador que quizá echemos de menos cuando salgamos.

"En el centro de esta edificación una portalada enorme ..." Puerta exterior de san Miguel de los Reyes (Estado actual).


    El penal, propiamente dicho, es una enorme edificación de tres pisos, situada dentro del recinto amurallado y separado de este, a los dos lados y en la espalda, por una especie de pasillo o espacio libre de siete metros de ancho y en la parte delantera por otro de 40 metros de fondo, que en tiempos fue un hermoso jardín, convertido hoy día en una grandísima huerta; cuando salgamos en vez de ver rosas, claveles u otras flores tropezarán nuestros ojos con patatas, pimientos, cebollas o cualquier otro producto comestible de la tierra que ahora, si no de recreo a la vista de nuestros guardianes, sirve de consuelo a sus estómagos. Y por nosotros, bien está, que cuando salgamos de aquí creo que no vamos a darnos cuenta de lo que haya en el jardín y ni siquiera de si es jardín o huerta. Dejemosle para encararnos con  - nuestro hotel-,

 " ... ofrece de lejos un aspecto rosado que le hace grato a la vista... "

Tiene planta baja y tres pisos y está todo él acribillado de ventanales cuadrados de medio metro de lado y doble enrejado. Construido con grandes bloques de piedra blanca y ladrillo rojo, ofrece de lejos un aspecto rosado que le hace grato a la vista; tan grato que cuantos aquí estamos no deseamos otra cosa sinó verlo desde lo mas lejos posible .... La fachada principal, idéntica a las laterales y la del fondo, está cortada en su centro por otra completamente distinta, la iglesia que forma parte del penal, de piedra de silleria, con grandes estatuas de reyes y escudos en ella y flanqueada por dos torres cuadradas y lisas. Su enorme puerta está cerrada; en su parte superior, como reminiscencia grata de otros tiempos, un poco diseminada, está pintada la bandera cuya defensa nos ha traido aquí, que premia nuestra lealtad a ella viniendo a acompañarnos a nuestra prisión ¡ Bendita Sea!

A cada lado de esta gran portalada hay una puertecilla pequeña; ambas dan acceso al "hotel"; la de la izquierda es para los "inquilinos"; por la de la derecha entran las visitas; es decir, que la primera es la de entrada al penal; la otra la del locutorio. Al pasar aquella deja uno fuera la libertad, la alegría y las ilusiones; por la del locutorio nos traen a veces los visitantes algo de la alegría exterior y un poquito de ilusión, pero la libertad solo la recuperaremos cuando volvamos a cruzar la puerta donde la dejamos.

La iglesia cruza el penal desde su fachada principa


Encuentro este mismo documento transcrito en el trabajo  EPISTOLARI DES DEL PENAL de Estel Bosó Doménech en el que no facilita el nombre del autor y lo data en la IIª República.

Parte posterior de San Miguel de los Reyes (Acequia de Rascanya)

Desconozco el autor del texto, una copia incompleta del manuscrito me la regaló un conocido, Guardia Civil, de origen catalán, que tras pasar por la academia de guardias jóvenes  le encomendaron la tarea de trasladar presos del penal. Este servicio le marcó como para que en su vejez me lo contara con gran tristeza "pobrets, tot  el que patiren, i el final que les esperava".

Los acompañaba desde el penal de San Miguel de los Reyes al Cuartel de Arrancapins, de donde se acordaba de los gritos desgarradores de los condenados cuando los guardias les aplicaban corrientes eléctricas en los pezones, el esperaba en el exterior. También los acompañaba a Paterna para ser fusilados, de estos traslados recordaba la anécdota que haciendo mucho frío uno de los presos le prestó el abrigo diciendole " Ya me lo devolverás cuando regresemos" ... lógicamente no volvio.

Yo le dí el consejo de que lo escribiera todo, pues a él al menos lo creerían, pero no sé si lo hizo.

Para leer más:

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